viernes, 29 de julio de 2011

El otro

Mírenla. Allá va con él. Me habló de amor tantas veces. Me dijo que era el único y que después de mí,  solamente el limbo. ¡Qué rápido se ha olvidado de todo lo que juramos! Todas nuestras cosas, nuestros sueños. Las lágrimas y las risas. No necesitó ni tiempo, ni distancia.
No se entienden. No pueden hablarse en el mismo idioma y con todo y eso lo ama. Yo sé que lo ama más que lo que decía amarme a mí. Vaya, no exageremos. Quizás lo ama igual que a mí, pero de manera diferente.