miércoles, 7 de septiembre de 2011

Cuestión de género

Los niños son niños. Gente chiquita. Bueno, claro. Todo depende de qué sea un niño para nosotros, y de cuáles consideremos apariencia y costumbres normales. Todo es relativo, según dijo alguna vez el sabio Sparsen Traito.

Realmente parecía un niño. Caminaba como niño, jugaba al escondido y vestía como niño. De hecho la gente le decía “¡Hey niño, ven acá! ¿Cómo te llamas?” Tenía el cabello cortado como el de un niño, con miles de rulitos dorados y las rodillas raspadas y llenas de moretones. Como cualquier niño. Enlodado y con la camisa pegada al cuerpo por el sudor, era la regla general después del recreo. Obvio, a nuestro niño, le tocaba porterear para su equipo de fútbol todos los días.


Tenía seis años y una hermosa sonrisa.

Obviamente, era un beisbolista nato. A su corta edad jugaba todas las posiciones: era pitcher, catcher, jardinero y shortstop por intuición. Era como un chip incorporado en su cerebro. Ver al pequeñín jugar era poesía pura. El “hombre eléctrico” como conocían a su padre desde su mocedad deportiva, se moría del orgullo desde las gradas, gritándole a su pequeñín, indicaciones y aplaudiendo sus hazañas.

Su padre siempre había soñado con un hijito varón. Un heredero de su talento. Era lo mínimo a lo que un astro grandes ligas podía esperar, ¿no? En tiempos en los que la ecografía era una quimera, sus compañeros de equipo habían ordenado hacerle una microscópica camiseta de los Yankees adaptada a la medida del recién nacido.

Pero había un pequeño detalle –siempre lo hay. Nada es perfecto. De hecho eran dos. De alguna manera su padre siempre lo había sabido. Lo supo desde el día de su concepción, por algún misterioso motivo. Los padres sí tienen algunos instintos, muy a pesar de lo que algunos piensan haciendo creer que las mujeres son las únicas con intuición.

Pues bien, los detalles eran dos.  Dos pequeñas esmeraldas en las orejas de Sofía. Minúsculas. Imposición de la madre, por supuesto, pues si por él hubiera sido, ni eso. Es una cuestión cromosómica. XX. Un pequeño detalle.

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